Eusebio
Eusebio
vivía en la costura del techo. Justo en la línea que separa las dos aguas. Desde
ahí miraba el horizonte. Sus ojos se estiraban hasta lo más lejano que podían recoger;
así sabía cuando estaba lloviendo allá por el suroeste o se daba cuenta que el
Zonda empezaba a levantar ese viento de horno por el norte.
Lo
que no sabía nunca era que a veces el sol lo tostaba vuelta y vuelta mientras él
tiritaba por una lluvia que caía a veinte kilómetros de su cara. Así su cuerpo
se le ampollaba y él se quedaba
esperando un agua que a veces torcía su rumbo y nunca llegaba a mojarlo.
Eusebio
no sentía la luna llena alborotando su sangre y sus ansias, porque él ya estaba
amaneciendo con una ciudad que rotaba más rápido que su pueblo.
Eusebio
siempre vivió adelantado.
Un día
se angustió porque vio venir un cortejo.
Cuatro amigos traían un cajón en andas.
Cuando pasaron junto a su casa miraron hacia el techo y le dijeron:
-Bajate
Eusebio, vení que esta muerte es la tuya.
Viviana Bonfiglioli
En marzo de 2011 Editorial Dunken publicó su libro de poemas ilustrados:
de "La estrategia...." página 71
-Hay tantos caminos como caminantes,
dijo el hombre y enumeró:
el camino titubeante de los ciegos,
el camino dormido de los gatos,
el camino nutritivo de la savia,
el camino ampuloso de las sombras,
el camino montañoso del mar,
el camino afilado del olvido,
el camino decidido de la sangre,
el camino sin borde de los sueños,
el camino selectivo del recuerdo,
el camino sin ropas del amor,
el camino inventado de una noche,
el camino sin nombre y sin historia,
el camino plagiado del espejo,
el camino improvisado de los ojos,
el camino del viento en los cabellos,
el camino madrugado del que espera,
el camino escarchado de la ausencia,
el camino circular de la rutina,
el camino alumbrado por la risa,
el camino clausurado de los que no caminan,
el camino dentro del camino.
de "La estrategia del humo"
A continuación fragmentos de sus textos y pinturas.
Cajas
Una caja dentro de otra.
Pecera disfrazada.
Libre dentro de sus contornos
rebota en el espejismo de la libertad
como una mosca contra el vidrio.
A veces uno deja un poema sin terminar y sale a buscar una palabra. Una sola palabra para poder seguir escribiendo.
Para encontrarla he necesitado, en ocasiones, salir a vivir.
Los escenarios, los rituales, los aniversarios, las ceremonias, los gestos de este mundo alimentan la sorpresa que nació y creció conmigo.?xml:namespace>
En la memoria esos hermanos se me fundieron en una sola persona.
Ambos tenían dos tajos generosos en la cara por donde asomaban unos deslucidos ojos grises.Miraban como gatos, hablaban como gatos.Estaban a la distancia de los gatos.Fijaban la vista en un objeto siempre a mi espalda, y hablaban vencidos por un sopor que los dejaba soltar palabras cada tanto. Llegaban sin saludar, se iban sin saludar.Era fácil sentir antipatía y fascinación por los dos...del cuento "Son tres"
Un desierto en el patio
lleno de floresde papel y de huley de cartóntodas clavadassin excepcióna cuarenta centímetros de las demás…Fragmento de “Casa de Deidama”“La estrategia del humo”Viviana Bonfiglioli. Editorial Dunken, 2011
En los talleres que coordino, la herramienta es el arte, con ella intentamos descoser cada disfraz, olvidar lo que aprendimos para estar adaptados, para ser aceptados. Con ella nos buscamos, nos desandamos; con suerte nos encontramos.Reunimos las palabras, las formas, los colores y diseñamos todo de nuevo.
En youtube
Un poema de mio en la voz de Domingo Beltramone
Un libro con cuentos atrapantes, misteriosos, con golpes de humor. Alberto Gomez presenta "Flauta traversa, orquesta y voces"
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